lunes, 29 de junio de 2009

Editorial

A casi 20 años del inicio de las reformas al sistema educativo nacional “no todo a salido bien, pues aun podemos ver condiciones de exclusión e inequidad, incluso mas graves que a principios de los años 90s”, aseguro Silvia Ortega Salazar, rectora de la universidad pedagógica nacional, quien destaco que una estructura escolar que excluye “no cumple con los objetivos para la que fue creada ni beneficia a la sociedad”.
Cabe destacar que desde que se firmo el acuerdo nacional para la modernización de la educación básica hasta la alianza por la calidad de la educación (ACE), no se han hechos cambios notable e importantes y nos damos cuenta que si se sigue por este rumbo no se va a cambiar nada.
De esta manera cabe reiterar que para un país pueda asegurar su desarrollo, facilitar su inserción exitosa en la economía del conocimiento y acrecentar su competitividad es necesario invertir en educación. Es lo mejor que puede hacer el gobierno, no solo de México, sino el de cualquier país.
Además de que los intereses de las reformas no han sido con fines educativos y por lo tanto no se han visto los resultados esperados. A esto se le suma la mala preparación de algunos maestros y cierta debilidad de padre de familia y la sociedad civil.
Lo que se tiene que hacer es una reforma con la visión de José Vasconcelos, donde se busque avanzar y tener una vida digna, que se amplié tanto la cantidad como la calidad de la educación y que se hagan a un lado los intereses políticos y/o económicos. Que se de un beneficio y progreso del país, no solo de unos cuantos sino que sea equitativa.
Para poder llevar a cabo lo anterior se necesita de un mejor financiamiento al sector publico por parte del Gobierno. Y que se deje de pagar con dinero de los que menos tienen la educación privada.

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